miércoles, 3 de diciembre de 2008

El ojo en la letra / La puya en el ojo / El dedo en la llaga

Tengo frente a mí algunos libros y revistas. Entre esos libros hay algunos de fotografía (Carlos Germán Rojas, André Cypriano, Pep Bonet, Alberto García-Alix), como ven, en su mayoría, más que autores, retratistas, si es que tiene sentido especificar. También está mi vieja iBook G4 y, en su pantalla, un correo electrónico con una invitación, una nota de prensa y algunas imágenes sobre escritores venezolanos. Me lo envía una mujer querida, una de esas personas duras con alma noble: una artista. Lisbeth Salas. No es que nos conozcamos de toda la vida, sino que la complicidad se instala a partir de los gestos y entre nosotros hubo algunos desde la primera corazonada. La invitación es para que asista al bautizo de su libro, titulado El ojo en la letra. Ciento once retratos en blanco y negro sobre escritores venezolanos, todos revelados en cuartos oscuros.

Dice Editorial Alfa:

La presentación estará a cargo de Boris Muñoz, a las 7:30 pm del próximo martes 9 de diciembre de 2008, en el Centro Cultural Chacao, ubicado en la Avenida Tamanaco, El Rosal (detrás del Centro Lido).

Tenemos acá otro componente –de peso– con nombre y apellido, su presentador. De Boris sólo puedo hablar con admiración, y para no inventar sobre un libro que no he visto (pero que ya me contenta) ni hacer esto más largo de lo necesario, copio un párrafo y dos líneas de esa entrada poderosa, acertada, amable, escrita por él:

“No estamos ante cualquier comunidad. Salvando exclusiones numerosas e inevitables, este libro constituye lo más cercano al retrato de nuestra república de las letras. En realidad, una reunión con los 111 autores que figuran aquí hubiese sido literalmente imposible si Lisbeth Salas no hubiese fijado su ojo en cada uno de ellos. No porque las voces universales y consagradas no puedan citarse con un relevo generacional en el cual acaso habrá autores de una trascendencia y grandeza equivalentes. Sencillamente, muchos de los que aparecen han muerto hace ya un rato y otros se encuentran tan cerca del presente que, en términos generacionales, tienen muy poco que ver con la circunstancia en la que sus mayores escribieron. Por otra parte, la inescapable realidad política en la que se mueven los contemporáneos también ha contribuido a dividir y atomizar la corriente literaria principal con códigos sectarios y sombras de fanatismo, reduciendo el debate intelectual a la mezquina arena de una rencilla bizantina.

Lisbeth Salas es una testigo consciente del peligro de ofrecer una ilusoria solución de continuidad. Por eso, su mirada asume sin paliativos el carácter fragmentario de esta tradición”.


Es verdad que voy sobre todo por Lisbeth y el orgullo que me produce conocerla, pero la más sentimental de todas mis razones es que quiero ver frente a mí, detrás de mi vieja iBook G4 y su pantalla (desde la que reboto esta información), ese documento hermoso.


Bautizo del libro El ojo en la letra_
Fecha y hora:
Martes 09 de diciembre a las 7:30 pm_
Lugar:
Centro Cultural Chacao. Avenida Tamanaco, El Rosal (detrás del Centro Lido)_

2 comentarios:

_eL mismo que viste y calza... dijo...

Disculpa lo impersonal... pero por casualidad ¿van a vender el libro el martes ? y ¿sabes cuánto va a costar el libro? Es para llevar el dinero a la inauguración.
Leíto... te mando kgs de abrazos y buena vibra para vos, Veronica y mi novia Carlota.

_tEo...

¿Qué es esto? dijo...

Papachongo, disculpado. Son 250 de los fuertes, según me dijeron. Abrazos a full, aunque no me vacilo eso de que Carlota ya tenga más de doce pretendientes... ¿Te he dicho que te amo?