1. Socialistas y poderosos
Para ganar hay que pertenecer a la mayoría o demostrar voluntad, compromiso y aspiraciones de poder. Desde chico es así: o te unes a la patota o tienes cojones.
Ahora resulta que desde la voz del presidente (y algunos socialistas ejemplares como Carreño, Flores, Cabello y etcéteras) se habla de violencia y de pueblo. Qué de pinga: puro gordo con chofer y guardaespaldas enseñándome a usar el Metro. Ah, porque se supone que del otro lado hay unos estudiantes universitarios queriendo incendiar Miraflores y parece que están orquestados por la CIA.
2. Estudiantes y sifrinos
He visto de cerca a algunos de esos eeeestu-dian-tes. No se enteran de mucho: exigen libertad y quieren ser el país. Siguen buscando una Venezuela de aulas y trancas en la autopista. Aprendieron a sentarse en un pupitre y a comprar con la tarjeta de crédito, pero son pocos los que entienden que el mundo está un poquito más jodido que su casa y que para arreglarlo hacen falta más que una franela, un pito y una muchacha de servicio.
Anhelan un país que se despidió hace como veinte años y tienen ganas de joder; en condiciones como las actuales, eso no es poca cosa. Pero no asumen su minoría y manejan mal el concepto de representatividad. No es mucho lo que van a obtener con tiempo libre y voceros de lujo como Fabiola Colmenares.
3. La violencia del Techno House
Veamos el saldo de la semana pasada... lo mismo. Pero si los muertos a bala que hubo en el concierto de La Rinconada se hubiesen registrado en alguna de las marchas politiqueras, tendríamos país para maltratar a diestra e izquierda. Entre Chávez y el Pentágono habrían mandado a matar a los venezolanos para desestabilizar al país. Poleo, García Ponce, Rodríguez: ¿me dan la dirección de un semanario?
4. Balas y leyes
Lo público se apodera de lo privado mientras los amigos de lo ajeno se apoderan de lo ajeno. Cada vez hay más personas armadas y con ganas de dispararle a otro, pero la discusión sigue siendo quién tiene la razón, quién tiene más arrastre ideológico, quién es más fuerte. Aquí vamos a cargarle otra culpa a los medios: nos acostumbraron al Caracas - Magallanes y esa vaina de la peleadera es muy sabrosa. Hasta que empiecen a jalar el gatillo. Ahora centremos la discusión donde se debe: las leyes. Porque en Venezuela todo el mundo las respeta.
5.Evasivos
Todo está muy claro, si por ahí alguien escribe una canción titulada Muerto en Choroní lo van a acusar de evasivo, chavista o derechista. Es lo mismo.
lunes, 5 de noviembre de 2007
El país reformado y el día de los muertos
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2 comentarios:
Que tienes en contra de los sifrinos? A la final somos más felices...Ja!
Sí y casi siempre escriben sin tildes, dicen "a la final" y colocan sólo un sigo de interrogación y uno sólo de exclamación. A la final de la frase. Qué fastidio, ¿verdad?
No tengo nada en contra de los sifrinos, mi amor. Yo soy muy sifrino. Besos.
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